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Por: Quezalcóatl Sonni

Hoy haré una pequeña reseña-crítica de un comic que me llamó la atención. Cabe mencionar que hace ya mucho tiempo que no leo comics y tal vez esta reseña pueda resultar un poco escueta o simple. Sin embargo puede ser de mucha ayuda para los que se inician o se vuelven a iniciar en la lectura de estos pequeños grandes libros.

Cansado de las series televisivas y de la misma televisión,  incluso de internet, me propuse a salir a buscar algo nuevo, algo que tuviera una propuesta. Con la mente en modo receptor, visité varios establecimientos de comics y hasta me fui a varias convenciones. En dos de ellas había cosas muy interesantes y otro tanto muy penosas. Dentro de las interesantes, encontré un comic muy mencionado en blogs llamado “Saga” y otro llamado “Chew”. Este último he escuchado muy poco de él, tal vez por la mala reputación que se han hecho los “Yanquis” en cuestión de ficción en sus historias o por la decadencia en la que se encuentra su televisión y su cine mercantil.

En esta pequeña reseña les voy a recomendar un comic llamado Chew. Este comic realizado por  John Layman, guionista de Marvel Zombies y Rob Guillory en su arte, se está volviendo muy popular por su loca historia y las situaciones tan ridículas en las que se ven metidos sus protagonistas. Chew cuenta la historia de un sujeto con una habilidad muy particular que lo hace muy interesante; él es capaz de saber todo acerca de cualquier ser que haya estado vivo con tan sólo saborear un bocado de él.

Esta primera idea resulta ser una aguja que hilvana muchas posibles historias y situaciones al momento de escucharla por primera vez, lo cual lo hace muy interesante y llamativo. Ahora si lo del Cibópata no les convenció, lo que viene seguro los atrapa. Tony Chu, el protagonista de nuestra historia, como es de esperarse, con su extraña y paranoica habilidad,  llama la atención de la División de crímenes Especiales de la FDA, la cual es una agencia gubernamental, que se presume la más poderosa del planeta, dedicada a investigar crímenes acontecidos en las más extrañas circunstancias.

Si nos ponemos a pensar un poco acerca de la situación de Tony, podemos predecir que una vez dedicándose a ser detective de esta agencia, conlleva a dejar atrás todos los buenos pensamientos, dejándole el paso libre a lo más ridículo y grotesco de la serie, como catar algún pedazo de cadáver putrefacto para saber qué pasó en la escena del crimen.

Pienso que tanto el dibujo y la historia, hacen de este comic una propuesta buena, sin embargo me deja mucho que pensar por parte de la trascendencia que puede llegar a tener –y eso es lo que buscamos los lectores- pues a veces hay momentos que la serie puede llegar a exagerar las situaciones, forzando su trama. Lo malo es la difusión en nuestro país, pues hasta ahorita he encontrado tres ejemplares de Chow. Pero no pierdo la esperanza para conseguir más y seguirle la pista a esta historia.

Sin lugar a dudas tanto el dibujo de Rob Guillory que ya lo conocíamos en el plano de la animación, como la editorial Image, que a muchos nos ha marcado con series como  Spawn, The Walking Dead, Gen13, Kiss: Psycho Circus y Las Tortugas Ninja, han comenzado con el pie derecho con esta apuesta de John Layman. En verdad espero que no se apagué esta llamarada y caiga en lo que hoy conocemos como “The walking dead y su extraña similitud con una novela de Televisa” o alguna estúpida adaptación televisiva gringa, ridícula, protagonizada por Adam Sandler o Rob Schneider lo cual, con el solo hecho de pensarlo me da asco.

¡¡Nos leemos pronto, hasta la próxima mis taqueros!!Imagen